Federico II Hohenstaufen, Emperador, Rey y escritor
Federico II de Hohenstaufen (Iesi, 26 de diciembre de 1194-Castel Fiorentino, 13 de diciembre de 1250), llamado «stupor mundi» y «puer Apuliae» (hijo de Apulia), fue rey de Sicilia, Chipre y Jerusalén, y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
Federico II de Alemania, de la dinastía de Hohenstaufen, nieto del famoso
emperador Federico Barbarroja (que murió ahogado en el verano de 1189 mientras se
bañaba en el río Salef, durante la campaña de la 3ª Cruzada contra el Islam),
probablemente haya sido el rey más culto y sabio que haya existido jamás. Constituye,
sin duda, una de las figuras más interesantes de toda la historia universal. No en vano
fue apellidado, no sólo “El sabio”, sino también “Stupor mundi”, asombro del mundo.
Enrique VI, su padre, había muerto joven, en 1197, cuando él contaba solamente tres
años de edad. Constancia, su madre, viendo que se desmoronaba el imperio, asumió la
regencia del reino de Nápoles y Sicilia, que le correspondía por herencia. Esta mujer no
simpatizaba con los alemanes, y despidió a los consejeros de esta nacionalidad que
había llevado su esposo. Se alió con el papa Inocencio III, hombre enérgico que
consideraba al papado por encima de reyes y emperadores. Sin embargo, un año
después Constancia murió y el papa quedó como regente del reino y tutor del pequeño
Federico.
Hasta que el príncipe llegó a la mayoría de edad, en 1208, Inocencio fue el verdadero
soberano de Sicilia, e incluso de toda Italia, aunque hubo de luchar con los partidarios
de Enrique VI para mantener su poder. Fue en esta época cuando el poder temporal del
papado alcanzó el máximo apogeo y esplendor llegando a dominar toda Europa. Justo
es reconocer el gran genio político de Inocencio III, superior al de cualquier monarca de